Nueva York, 30 de agosto. Durante la década de los 90 y los primeros años del este siglo, la concentración de la riqueza es el resultado más notable de la economía estadounidense, donde los más ricos fueron casi los únicos en gozar del llamado auge económico, mientras que la gran mayoría obtuvo poco o nulos frutos de la prosperidad, según reportan varias investigaciones recientes y cifras oficiales.
Ahora, sueldos y salarios conforman la parte más reducida del producto interno bruto desde que el gobierno empezó a registrar estos datos en 1947, y las utilidades empresariales han alcanzado la parte más grande del PIB desde los años 60, reportó el New York Times esta semana.
Y aunque este martes el censo federal informó que el ingreso de valor medio de los hogares se había incrementado en 2005, eso es resultado de un incremento en el ingreso de hogares encabezados por personas mayores de 65 años, mientras que para las familias de trabajadores, el ingreso de valor medio en verdad se redujo 0.5 por ciento, según un análisis realizado por el Instituto de Políticas Económicas (EPI por sus siglas en inglés). Los datos del censo también revelan que aunque el valor medio del ingreso se incrementó, mucho de esto se atribuye no a incrementos de sueldo, sino a que más gente está trabajando más horas y/o empleos.
Con ello, según otros análisis, el sueldo medio por hora para los trabajadores estadounidenses se ha desplomado 2 por ciento desde 2003 en términos reales. Más aún, el gobierno federal anunció que hubo casi un millón más de trabajadores sin seguro de salud en 2005, comparado con 2004, elevando el total de estadounidenses sin seguro de salud a 46.6 millones.
Aunque no se registró un incremento en la tasa oficial de pobreza, el Centro sobre Prioridades Presupuestales y Políticas (CBPP por sus siglas en inglés) señaló que los pobres ahora son más pobres, ya que el monto por el cual un pobre promedio está por debajo de la línea de pobreza fue el más alto que jamás se haya registrado.
Pero EPI y CBPP, entre otros organismos, señalan que lo más notable de todo esto es que está ocurriendo en el cuarto año de una recuperación económica. Por primera vez, señala el CBBP, la pobreza fue más alta y el ingreso de valor medio más bajo en el cuarto año de una recuperación, que cuando la recesión pasada llegó a su punto más bajo.
Ingresos reales más bajos que en 1973
La central obrera AFL-CIO indicó que los ingresos reales para un trabajador típico de tiempo completo fueron más bajos en 2005 que en 1973, y que los sueldos reales para un trabajador típico sólo se han incrementado 9 por ciento desde 1979, mientras que la productividad se ha elevado 67 por ciento en el mismo periodo.
A la vez, hay 5 millones de pobres más en 2005 que en 2000, cifra que incluye un millón más de niños.
Obviamente, alguien está gozando de la recuperación económica, y los analistas indican que esto queda claro cuando se evalúa la creciente desigualdad en la distribución del ingreso. La parte del ingreso nacional concentrada en 20 por ciento de hogares más ricos es ahora de 50.4 por ciento; la más grande registrada desde 1967. El ingreso de los hogares en el medio es de 14.6 por ciento, mientras que para 20 por ciento de los de menor ingreso es de 3.4 por ciento del total; ambas cifras empatan con el nivel más bajo que jamás se haya registrado, informa EPI.
No sorprende, entonces, que Estados Unidos registra la más grande desigualdad de ingreso en el mundo desarrollado, en comparación con los otros 19 países miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico. Según el análisis de EPI en su anuario The State of Working América 2006-2007, en 2004, 16.9 por ciento del ingreso total se concentró en sólo uno por ciento de los hogares más ricos, los cuales cuentan con 34.4 por ciento del valor neto total, y 42.2 por ciento de todos los bienes financieros netos del país.
Para uno por ciento de los hogares más ricos, su riqueza en promedio era de 15 millones de dólares; para los hogares en medio de la pirámide económica era de un promedio de 81 mil dólares. Un 30 por ciento de los hogares contaban con un valor neto por debajo de 10 mil dólares y 17 por ciento tenían un valor neto de cero o negativo.
Otros datos ofrecidos por el nuevo informe de EPI incluyen que mientras la riqueza promedio del uno por ciento más rico creció 3 por ciento anual (1.25 millones), para el 20 por ciento más pobre se encogió de un negativo 8 mil 700 a un negativo de 11 mil 400. La disparidad continúa una tendencia histórica, señala EPI, al indicar que a principios de los 60 el uno por ciento más rico de los estadounidenses tenía 125 veces la riqueza que el hogar en el punto medio, pero en 2004 los más ricos gozaban 190 veces más.
Comparado con 19 países desarrollados, Estados Unidos cuenta con mayor desigualdad de ingreso, mayores tazas de pobreza, un sistema de salud caro y poco efectivo y trabajadores que trabajan más horas y gozan de menos días de descanso, concluye EPI.
En tanto, con gran franqueza, la casa bursátil Goldman Sachs informó recientemente que "el contribuyente más importante a los márgenes más altos de utilidades durante los últimos 5 años ha sido la reducción de la participación laboral en el ingreso nacional", reportó el New York Times.
"Esta economía crece sólo para los de arriba", declaró hoy John Sweeney, presidente de la AFL-CIO, y añadió que "las tendencias económicas profundas han llevado a las familias trabajadoras a su punto de rompimiento; los trabajadores no están compartiendo la riqueza que han ayudado a generar y la recuperación de la economía de nuestra nación no ha sido para nada una recuperación para los trabajadores".
Pero igual que en México, algunos economistas ofrecen otras explicaciones del porqué la prosperidad no es repartida, a pesar de que las cifras macroeconómicas indican crecimiento, incluidos el impacto de la competencia globalizada, el libre comercio, la tecnología y más. En este país, algunos acusan a los migrantes por deprimir los niveles salariales.
Sin embargo, las políticas que privilegian a los intereses empresariales y las capas más ricas -desde reducciones de impuestos, incentivos económicos, el libre comercio y la casi anulación de los derechos laborales- contribuyen a la creciente desigualdad, señalan sindicatos y otros críticos de la política económica estadounidense.
Sweeney anunció que la central obrera está lanzando su campaña electoral más grande para las elecciones legislativas al intentar convertirlas en un referéndum sobre las políticas económicas del presidente y buscar desalojar a la mayoría republicana. "Parece que se está generando la 'tormenta perfecta' que muy bien podría barrer con el control republicano del Congreso este otoño", afirmó.
Sin embargo, el poder de los sindicatos y organizaciones laborales también está en su punto más débil en décadas. La tasa de sindicalización del sector privado se ha desplomado a 7.8 por ciento, cuando hace 20 años era de más de 15 por ciento, y más del doble de eso en los años 50.
Con poco poder de resistencia laboral ante políticas económicas basadas sobre la fe casi divina en el llamado "libre mercado", pero que en verdad son pretexto para trasladar la riqueza de abajo hacia arriba, con la privatización de cada vez más servicios y programas de asistencia gubernamental, con el impacto de la "globalización" empresarial, lo más destacado es que siguen sorprendiendo los resultados de todo esto en algo tan viejo y conocido: los ricos se hacen más ricos mientras los pobres se hacen más pobres.
Fuente: Embajada de Cuba en España
--Daniel Escobar
EES
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